Isabel Salas
: Isabel: Salas.
Comparo mi vida con el tiempo que le lleva a una estrella hacer cualquier cosa y me doy cuenta de lo rápida que está pasando. Como soy efímera. Soy más fugaz que cualquier estrella y eso me hace sonreír. No soy un polvo cualquiera, soy polvo de estrellas fugaces.
martes, 30 de abril de 2024
TU FLOR MÁS PURA
Isabel Salas
miércoles, 17 de abril de 2024
VELOS CAÍDOS
Él había mentido y ella lo había visto hacerlo con el mayor cinismo. Esa visión hizo que cayese de sus ojos el velo de ingenuidad a través del cual lo había mirado cuando se conocieron, Y así, ella aprendió que hay velos que cuando caen, es imposible volver a ponerlos en su lugar.
Desde la cómoda perspectiva de su conocimiento cabal, ella observaba las tentativas de él de volver a acercarse y captar su atención con una mezcla de desprecio y pena.
Desprecio por él, pena por la mujer que un día había sido y que él había matado con su traición. Supo que en una de sus últimas canciones él presumía de nunca haber jugado sucio en el amor y ella por fin entendió la situación y sintió que despertaba de un mal sueño. Comprendió que era cierto, realmente él no la había amado nunca y su traición hacia ella ni siquiera contaba como un pecado venial en la mente mentecata del sujeto.
Pudo finalmente sacudirse el estupor y observar los destrozos de su propia vida caídos a sus pies.
Con los velos caídos se hizo un traje de baile.
Y bailó
Isabel Salas
martes, 9 de abril de 2024
ADIÓS
el adiós.
Un adiós rotundo,
redondo, profundo.
Un adiós de calidad,
con calidez, con humildad.
Feliz por haberlo intentado,
de haberte conocido,
incluso, porqué no,
de haberte amado.
Y así, después de darte todas las llaves del candado
y haber visto el mal uso que hacías del llavero,
me marcho de tu lado.
Mi tren sigue viaje.
La parada en tu estación fue demorada.
Pedacitos tuyos se van en mi equipaje.
Mi corazón empieza otra jornada.
Libre de ti, de culpas,
de pecados.
Fuerte y capaz,
tal vez un poco triste por tus disculpas
y tus besos plagiados.
Me voy, me fui,
ya era.
Te quedas en el invierno
de tu cerebro sin primavera,
con tu miedo de amar
al borde del averno.
Allí te dejo.
Desde el tren, decidida,
mecida en su vaivén
por un segundo vuelvo a ser tu reflejo
para decirte ven,
ven, amor,
ven a decirme adiós mientras me alejo.
Isabel salas
del libro
Navaja de Llavero
sábado, 6 de abril de 2024
IRSE
viernes, 29 de marzo de 2024
LA SONRISA QUE NO VES
Casi estaba a punto de llorar de frustración o de rabia cuando el viento me rozó. No sentí hostilidad en aquel toque, al contrario, casi se diría que era un abrazo amistoso que me convidaba a prestar más atención a los detalles de aquellos ecos.
Y presté.
Coloqué todos mis sentidos en alerta máxima y comprendí que no eran palabras del pasado que volvían a mí rebotadas por la crueldad del eco, eran las mismas palabras mentirosas tuyas, sí, las que me decías a mí pero ahora dedicadas a otra mujer...a otras, a muchas.
El viento no estaba burlándose de mí, más bien quería demostrarme que lo que yo sospechaba desde hacía mucho tiempo era verdad y tú usas las mismas palabras y las mismas canciones para coquetear con otras incautas que como yo tienen sed de amor. Lo que en un primer momento me dejó tan triste enseguida se volvió medicina y al rato un gran consuelo.
Desde ese día cuando el viento me trae las frases amorosas que dedicas a otras, mi pelo permite que las enrede en él, son flores invisibles que me embellecen y me dan paz.
Ahora sé que no perdí nada al perderte, más bien gané y mucho.
Que pena que el pelo no te deje ver la gran sonrisa que se dibuja en mi boca cuando esto pasa. El cabello alborotado esconde la misma boca que antes sonreía al decir tu nombre y hoy se ilumina en secreto, inmune a los zarpazos de tus mentiras.
Isabel Salas