lunes, 29 de septiembre de 2014

EL VALOR DE LAS MUJERES




Soy mujer y madre de dos mujeres. 

Tengo amigas a las que adoro y en general me llevo bien con las mujeres que me rodean.

Para mi el valor de una mujer se mide igual que el valor de un hombre, pues el valor de una persona me parece que tiene que ver con la generosidad que demuestra como amigo, su bondad, el cariño con que trata a sus padres o a sus hijos, su capacidad de perdón, la valentía con que enfrenta las dificultades, su constancia y tantas otras cualidades que hacen que no todos seamos iguales y haya personas espectaculares de gran valor y otras que apenas se pueden soportar con un gran esfuerzo.
Dicho esto, quiero expresar el gran disgusto que me provoca que en pleno siglo XXI todavía haya hombres y mujeres capaces de medir el valor de una mujer por parámetros como la ropa que usa o la frecuencia con que practica sexo.

Si eres una mujer que asume tener vida sexual sin tener pareja, automáticamente eres una fulana que no se da valor, osea vales más cuanto más te niegues a practicar sexo. Puedes ser buena gente, inteligente, simpática, una gran cocinera o nunca haber sido multada y nada de eso cuenta para medir tu valor. Si no estás casada o no tienes un novio conocido delante de la sociedad, y aún así luces esa sonrisa de mujer satisfecha sexualmente, eres una puta y no vales nada.

Sin embargo debes maquillarte, estar bien peinada, bien conjuntada, usar ropas femeninas y sensuales, elegantes sin caer en lo vulgar, en resumen, ser capaz de provocar deseo sexual en los hombres con tu apariencia (eso te da valor), pero negarte a practicar sexo con ellos (eso te quita valor).

Francamente ese tipo de razonamiento bipolar hace años que me causa risa.

Que yo sepa el numero de horas de uso de una vagina no interfiere para nada en el valor de una mujer, así como la frecuencia con que un hombre consigue usar su pene tampoco le quitan o le dan valor.

En ambos casos, si las personas tienen una vida sexual que se adapta a sus deseos, la calidad de vida aumenta y con ello su simpatía y su buena voluntad. Esa frecuencia varía de persona para persona, algunos para sentirse bien desean practicar sexo una vez por semana, otros todos los días, algunos una vez al mes y otros una vez al año, cada persona es un mundo , así como hay quien lee un libro por semana mientras otro lee uno cada tres años, o hay quien se ducha tres veces al día y quien se ducha una vez cada tres días.

Resumiendo, que me gustará ver el día en que las personas dejen de medir el valor de una mujer por el numero de hombres que ha tenido entre sus piernas o la largura de su falda  y se empiecen  a aplicar parámetros un poquito mas sensatos.

Isabel Salas




domingo, 28 de septiembre de 2014

TE EMPUJO EL SOL



No creas que es casualidad que el sol se vea así a través de la rueda.
Estuve un rato colocándolo para poder hacerte esa foto.
Ya sabes que por ti haría cualquier cosa.

Hay hombres que prometen bajar la luna a sus amadas.
Yo no sé hacer eso.

Ni siquiera sé si te amo o sabré amarte.
Pero estuve empujando el sol hasta que lo metí en esa rueda.
Costó trabajo,
las manos quemaban y el tonto se rodaba para todos lados.
No se quería quedar quieto.

Después hice la foto
Es para ti
¿ Te gusta?


Isabel  Salas

sábado, 27 de septiembre de 2014

PALABRAS


PARA TOD@S


Me gustaría arrancarle las alas a un paquete entero de compresas con alas y ponérselas a mis pensamientos que están revoloteando torpes y sin potencia por dentro de mi cabeza.

Formar un escuadrón de pensamientos que vuelen ordenadamente y hacer acrobacias en algún cielo. Un cielo turquesa... con nubes, sin bombas, ni buitres. 
Vibrante. 
Brillante. 
Con música y olores buenos de cosas que se comen.



Después llamarlos y que regresen como palomas mensajeras a mi cerebro que es donde viven y que se duerman cansados y me dejen dormir a mi.

Soñar.
Flotar.
Como si todo estuviera hecho y consagrado.
Bendecido. 
Quieto, en paz.
Digno.

Un paréntesis en esta guerra sin tregua que es la vida algunas veces.
Un verso perfecto
Un beso perpetuo.


Un instante de armonía universal.
Sin dolor.
Sin angustia.
Para mí, para ti, para tod@s.

Eso me gustaría.
 


Isabel Salas